Sentada en un banco, la señora Natàlia empieza a rememorar
su vida desde el momento en que un tal Quimet la saca a bailar. Para ella todo
empieza en ese entoldado de la plaza del Diamante y, aunque nosotros ya sepamos
cómo termina, asistimos al relato de esa mujer con el corazón en un puño.
Foto: Sergio Parra |
La responsable de ello es Lolita Flores, que durante hora y
pico desarrolla este monólogo. Ella nos toma de la mano,
explicándonos la inocente aproximación al matrimonio de una niña, y ya no nos
soltaremos aunque crucemos por el horror de la guerra y nos encontremos frente
a una mujer desesperada al borde de la locura homicida. Todo ello sin florituras, sin apenas moverse del
sitio, adoptando cierta monotonía al desgranar los diferentes episodios de su
vida. Se me ocurren mil tópicos sobre interpretaciones orgánicas y simbiosis de
actriz y personaje, pero me temo que para quienes no hayan mirado a los ojos a
Lolita sobre escenario cualquier cosa se queda en eso, en una frase hecha.
Esta es la segunda versión teatral que Joan Ollé hace de la
novela de Mercè Rodoreda. Es un montaje minimalista, en el que la puesta en
escena consiste en un banco y una guirnalda de luces. También hay una sola
actriz que narra toda la historia, en lugar de las tres actrices de distintas
edades de la primera versión. Es una apuesta arriesgada que repercute en el
ritmo de la obra pero que beneficia notablemente la empatía del espectador.
Reducir la novela a la esencia, a la voz de la protagonista
narrando su historia, es un acierto. Incluso teniendo en cuenta lo
familiarizado que está el público catalán con el texto (bueno, espero que siga
siendo así). De hecho, es incluso un valor añadido que el testimonio de la
protagonista ejerza de filtro sobre lo que, como lectores, ya sabemos. Es
curioso percibir la versión entrañable de Quimet a través de los ojos inocentes
de Natàlia, incluso cuando le impone algo tan irrespetuoso como cambiarle el
nombre a Colometa. Por poner un ejemplo. Por eso, para mí, este montaje está
más cerca de la novela original que la película protagonizada por Silvia Munt
en 1982 y que diría que es el referente del 90% de espectadores de la versión
teatral.
Foto: Sergio Parra |
‘La plaza del diamante’ estará en el Teatre Goya de
Barcelona hasta el 3 de mayo (para ceder escenario a ‘Guapos & pobres, el
musical’) pero solo para seguir una gira que empezó hace meses en Madrid.
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